
Uno de los desafíos a enfrentar y actuar para responder a los problemas de desarrollo del siglo XXI es asegurar el bienestar de las y los adolescentes y jóvenes, a fin de que por medio de la educación, el empleo y la salud, se fortalezcan sus derechos sociales y económicos que vistos desde un enfoque integral permita garantizar la igualdad de género.
Para poder fortalecer la igualdad de oportunidades y la equidad de género de las y los adolescentes y jóvenes en México se requiere apuntalar las políticas y programas en materia de educación, empleo y salud.
Entre estas medidas, es necesario garantizar su permanencia en el sistema escolar, fomentando la igualdad de oportunidades entre mujeres y hombres e impulsar políticas educativas que incluyan el tema de la educación sexual y reproductiva a fin de difundir el impacto que tiene la educación de las jóvenes en el embarazo adolescente no planificado.
Asimismo, se deben fortalecer las políticas públicas en generación de empleos, anclándolas en la perspectiva de género y multiplicar las oportunidades de acceso al trabajo remunerado de las y los jóvenes.
En el ámbito de la salud es indispensable ampliar su acceso a la información, la educación y a los servicios pertinentes, es imprescindible promover actitudes y prácticas saludables y responsables de previsión y planeación, así como fomentar la equidad y el respeto entre mujeres y hombres.
Por ello se ha involucrado a instituciones educativas como el Colegio Nacional de Educación Profesional Técnica (CONALEP), con quien se colabora en campañas de prevención de la violencia en el noviazgo, así como a la Universidad de Chapingo, con la que se participa en la campaña que año con año se lleva a cabo con la finalidad de fortalecer la prevención y la toma de decisiones de la salud y la sexualidad en la población juvenil.
Las y los adolescentes necesitan programas que den cuenta de la necesidad que tienen de ser escuchados, de contar con servicios de salud que protejan su intimidad e identidad, que estén dispuestos a abordar cualquier tema, que ganen su confianza, vayan a donde ellos van y hablen su mismo lenguaje. Si bien la experiencia es hasta ahora limitada, los programas han dado mejor resultado cuando se involucra a la juventud en el diseño de los contenidos fomentando la comunicación interpersonal, articulando la educación a la prestación de servicios y cuando se presentan alternativas que hacen más atractivo un comportamiento sin riesgos y responsable.
Como país tenemos la obligación de responder a los compromisos encaminados a fortalecer y empoderar a las y los adolescentes y jóvenes, sustentado en los tratados internacionales, firmados y ratificados por el Estado Mexicano, a fin de establecer pautas específicas para respetar, proteger y asegurar la aplicación de sus derechos humanos y promover la equidad de género en las políticas y programas.
Al invertir en la equidad de género, la autonomía de las mujeres adolescentes y su empoderamiento, se logrará alcanzar los Objetivos de Desarrollo del Milenio, los cuales, en su mayoría están dirigidos a mejorar la salud y el desarrollo de las mujeres..
El INMUJERES ha fortalecido las políticas públicas con perspectiva de género dirigidas a adolescentes a partir del seguimiento al Presupuesto Etiquetado del Anexo 9A, actualmente Anexo 10, desde 2008. El objetivo es reducir el rezago y la desigualdad que enfrentan las mujeres y, en este caso particularmente, las y los adolescentes y jóvenes.
Además, en coordinación con el Instituto Mexicano de la Radio, se desarrollaron y difundieron a lo largo del país, cápsulas radiofónicas dirigidas al fortalecimiento de la prevención del embarazo en adolescentes, así como al tema sobre métodos de planificación familiar, con una visión integral sobre su proyecto de vida.
Una de las acciones realizadas en el marco de la Estrategia Interinstitucional para la Disminución del Rezago Educativo es incorporar la vertiente de salud sexual y reproductiva en el Programa de Becas de Educación Básica para Madres Jóvenes y Jóvenes Embarazadas (PROMAJOVEN). En esta estrategia participan la Secretaría de Educación Pública (SEP), el Instituto Nacional para la Educación de los Adultos (INEA) y el Instituto Nacional de las Mujeres, a través del Centro Nacional de Equidad de Género y Salud Reproductiva y el IMSS Oportunidades.
Fuente: INMUJERES
Para poder fortalecer la igualdad de oportunidades y la equidad de género de las y los adolescentes y jóvenes en México se requiere apuntalar las políticas y programas en materia de educación, empleo y salud.
Entre estas medidas, es necesario garantizar su permanencia en el sistema escolar, fomentando la igualdad de oportunidades entre mujeres y hombres e impulsar políticas educativas que incluyan el tema de la educación sexual y reproductiva a fin de difundir el impacto que tiene la educación de las jóvenes en el embarazo adolescente no planificado.
Asimismo, se deben fortalecer las políticas públicas en generación de empleos, anclándolas en la perspectiva de género y multiplicar las oportunidades de acceso al trabajo remunerado de las y los jóvenes.
En el ámbito de la salud es indispensable ampliar su acceso a la información, la educación y a los servicios pertinentes, es imprescindible promover actitudes y prácticas saludables y responsables de previsión y planeación, así como fomentar la equidad y el respeto entre mujeres y hombres.
Por ello se ha involucrado a instituciones educativas como el Colegio Nacional de Educación Profesional Técnica (CONALEP), con quien se colabora en campañas de prevención de la violencia en el noviazgo, así como a la Universidad de Chapingo, con la que se participa en la campaña que año con año se lleva a cabo con la finalidad de fortalecer la prevención y la toma de decisiones de la salud y la sexualidad en la población juvenil.
Las y los adolescentes necesitan programas que den cuenta de la necesidad que tienen de ser escuchados, de contar con servicios de salud que protejan su intimidad e identidad, que estén dispuestos a abordar cualquier tema, que ganen su confianza, vayan a donde ellos van y hablen su mismo lenguaje. Si bien la experiencia es hasta ahora limitada, los programas han dado mejor resultado cuando se involucra a la juventud en el diseño de los contenidos fomentando la comunicación interpersonal, articulando la educación a la prestación de servicios y cuando se presentan alternativas que hacen más atractivo un comportamiento sin riesgos y responsable.
Como país tenemos la obligación de responder a los compromisos encaminados a fortalecer y empoderar a las y los adolescentes y jóvenes, sustentado en los tratados internacionales, firmados y ratificados por el Estado Mexicano, a fin de establecer pautas específicas para respetar, proteger y asegurar la aplicación de sus derechos humanos y promover la equidad de género en las políticas y programas.
Al invertir en la equidad de género, la autonomía de las mujeres adolescentes y su empoderamiento, se logrará alcanzar los Objetivos de Desarrollo del Milenio, los cuales, en su mayoría están dirigidos a mejorar la salud y el desarrollo de las mujeres..
El INMUJERES ha fortalecido las políticas públicas con perspectiva de género dirigidas a adolescentes a partir del seguimiento al Presupuesto Etiquetado del Anexo 9A, actualmente Anexo 10, desde 2008. El objetivo es reducir el rezago y la desigualdad que enfrentan las mujeres y, en este caso particularmente, las y los adolescentes y jóvenes.
Además, en coordinación con el Instituto Mexicano de la Radio, se desarrollaron y difundieron a lo largo del país, cápsulas radiofónicas dirigidas al fortalecimiento de la prevención del embarazo en adolescentes, así como al tema sobre métodos de planificación familiar, con una visión integral sobre su proyecto de vida.
Una de las acciones realizadas en el marco de la Estrategia Interinstitucional para la Disminución del Rezago Educativo es incorporar la vertiente de salud sexual y reproductiva en el Programa de Becas de Educación Básica para Madres Jóvenes y Jóvenes Embarazadas (PROMAJOVEN). En esta estrategia participan la Secretaría de Educación Pública (SEP), el Instituto Nacional para la Educación de los Adultos (INEA) y el Instituto Nacional de las Mujeres, a través del Centro Nacional de Equidad de Género y Salud Reproductiva y el IMSS Oportunidades.
Fuente: INMUJERES