
El Instituto Nacional de las Mujeres (INMUJERES) reconoció la labor de la Comisión Federal de Electricidad y le entregó la certificación del Modelo de Equidad de Género.
Durante la entrega de este reconocimiento, la presidenta del INMUJERES, Rocío García Gaytán, manifestó su satisfacción por que la Comisión Federal de Electricidad, “una empresa tan grande e importante para las y los mexicanos, que da luz, haya decidido certificarse”.
Por dicho motivo, la funcionaria federal felicitó a las y los trabajadores de esta dependencia no sólo por el certificado, sino por tener la audacia de adoptar este modelo y ser la primera empresa a nivel federal, de ese tamaño, que adopta el Modelo de Equidad de Género.
El Modelo de Equidad de Género (MEG), ha sido adoptado por más de mil 200 organizaciones y está dirigido al sector privado y a organismos sociales para que incorporen la perspectiva de género en sus políticas internas e instrumenten acciones afirmativas a favor de su personal; que conduzcan a corto y mediano plazo el establecimiento de condiciones para mujeres y hombres en sus espacios de trabajo encaminadas a promover la igualdad de oportunidades, acceso al empleo, remuneraciones equitativas, capacitación, desarrollo profesional y participación en la toma de decisiones.
Las principales acciones que se han implementado consisten en promover el balance entre la vida familiar y laboral; reclutamiento y selección de personal; fomentar la formación y desarrollo profesional; mejorar condiciones físicas de los espacios de trabajo/salud y ambiente laboral; capacitación/sensibilización en género y difusión; mejorar condiciones físicas de los espacios de trabajo/salud y ambiente laboral; prevenir y atender el hostigamiento sexual; corregir problemas de segregación ocupacional e incrementar el número de mujeres en mandos superiores/ igualación salarial.
Para las organizaciones que no tenían ni conocían la equidad de género, la adopción del MEG les permitió en estos años principalmente: formalizar una política de equidad de género, con procedimientos y acciones definidas; identificar sus retos en la materia; establecer un mecanismo para evaluar la situación de la organización y de sus políticas; establecer una estructura para organizar y sistematizar sus procesos y documentación; sensibilizar al personal en temas de género; establecer acciones y mecanismos para atender las necesidades específicas de mujeres y hombres y favorecer condiciones equitativas para el desarrollo laboral y personal; promover un clima de respeto.
También, permitió a las organizaciones generar procedimientos para corregir, prevenir o mejorar las condiciones de trabajo. Las empresas aprendieron cómo diagnosticar la situación que guarda la equidad de género; cómo mejorarla; generar condiciones de mayor equidad, estabilidad y un mejor ambiente de trabajo y promover una cultura de igualdad de oportunidades y de respeto a las diferencias.
Durante la entrega de este reconocimiento, la presidenta del INMUJERES, Rocío García Gaytán, manifestó su satisfacción por que la Comisión Federal de Electricidad, “una empresa tan grande e importante para las y los mexicanos, que da luz, haya decidido certificarse”.
Por dicho motivo, la funcionaria federal felicitó a las y los trabajadores de esta dependencia no sólo por el certificado, sino por tener la audacia de adoptar este modelo y ser la primera empresa a nivel federal, de ese tamaño, que adopta el Modelo de Equidad de Género.
El Modelo de Equidad de Género (MEG), ha sido adoptado por más de mil 200 organizaciones y está dirigido al sector privado y a organismos sociales para que incorporen la perspectiva de género en sus políticas internas e instrumenten acciones afirmativas a favor de su personal; que conduzcan a corto y mediano plazo el establecimiento de condiciones para mujeres y hombres en sus espacios de trabajo encaminadas a promover la igualdad de oportunidades, acceso al empleo, remuneraciones equitativas, capacitación, desarrollo profesional y participación en la toma de decisiones.
Las principales acciones que se han implementado consisten en promover el balance entre la vida familiar y laboral; reclutamiento y selección de personal; fomentar la formación y desarrollo profesional; mejorar condiciones físicas de los espacios de trabajo/salud y ambiente laboral; capacitación/sensibilización en género y difusión; mejorar condiciones físicas de los espacios de trabajo/salud y ambiente laboral; prevenir y atender el hostigamiento sexual; corregir problemas de segregación ocupacional e incrementar el número de mujeres en mandos superiores/ igualación salarial.
Para las organizaciones que no tenían ni conocían la equidad de género, la adopción del MEG les permitió en estos años principalmente: formalizar una política de equidad de género, con procedimientos y acciones definidas; identificar sus retos en la materia; establecer un mecanismo para evaluar la situación de la organización y de sus políticas; establecer una estructura para organizar y sistematizar sus procesos y documentación; sensibilizar al personal en temas de género; establecer acciones y mecanismos para atender las necesidades específicas de mujeres y hombres y favorecer condiciones equitativas para el desarrollo laboral y personal; promover un clima de respeto.
También, permitió a las organizaciones generar procedimientos para corregir, prevenir o mejorar las condiciones de trabajo. Las empresas aprendieron cómo diagnosticar la situación que guarda la equidad de género; cómo mejorarla; generar condiciones de mayor equidad, estabilidad y un mejor ambiente de trabajo y promover una cultura de igualdad de oportunidades y de respeto a las diferencias.