La violencia hacia las mujeres por el simple
hecho de ser mujeres, aún prevalece en nuestro país y se manifiesta de
distintas maneras y en distintos ámbitos. La puede sufrir cualquier mujer sin
importar su edad, su escolaridad, su incorporación en el mercado laboral o su
lugar de residencia, ya sea en área rural o urbana o en una entidad federativa
del norte, sur o centro del país.
La violencia contra las mujeres es un fenómeno
que tiene muchas aristas y que para poder entenderlo, y por consiguiente
atenderlo, es necesario conocerlo. Ése es uno de los objetivos por los cuales
en México se han levantado las Encuestas Nacionales sobre la Dinámica de las
Relaciones en los Hogares (ENDIREH), siendo la de 2011 la tercera edición.
Según datos
de la ENDIREH 2011, las mujeres solteras de 15 a 29 años que al momento de la
entrevista tenían o hubieran tenido una relación de pareja[1], señalan lo siguiente:
- 36.9% sufrieron algún incidente de violencia por parte de su novio o pareja a lo largo de la relación. Este porcentaje indica que casi 4 de cada 10 mujeres han sufrido algún tipo de violencia emocional, económica, física o sexual a lo largo de su más reciente relación de noviazgo.
- El tipo de
violencia predominante entre las jóvenes solteras de 15 a 29 años por
parte de sus novios es la emocional:
a 36.7% de ellas las han humillado, ignorado, les han pedido que cambien
su forma de vestir, les han tratado de controlar sus movimientos o
decisiones, les han hecho sentir miedo, amenazado
con algún arma o con matarlas o matarse.
-
Física,
3.3% (las
han golpeado, empujado o jalado el cabello, pateado, tratado de ahorcar o
asfixiar, o agredido con un arma)
-
Sexual,
2.3% (las
han tocado o manoseado sin su consentimiento, les han exigido o han usado la
fuerza física para obligarlas a tener relaciones sexuales)
-
Económica,
0.9% (les
han quitado su dinero, terrenos, propiedades, etc.)
MUJERES CON HIJOS
La
condición de tener hijos incide de manera importante en la prevalencia de violencia
de pareja. De las mujeres solteras de 15 a 29 años que tienen o han tenido una
relación de pareja, 7.5% tiene al menos un hijo nacido vivo.
La
prevalencia de violencia total a lo largo de la relación es 50% mayor entre las
mujeres con hijos en comparación con las mujeres que no tienen hijos (53.0
contra 35.6 por ciento respectivamente)
- La violencia económica
tiene una incidencia 3.5 veces mayor en las mujeres con hijos que en
las mujeres sin hijos (3.2 contra 0.7 por ciento)
- La violencia física
tiene una incidencia tres veces mayor entre las mujeres que tienen hijos
(10.9 por ciento) ante las que no tienen (2.6 por ciento)
- La violencia sexual
tiene una incidencia dos veces mayor entre las mujeres con hijos (6.0
por ciento) ante las mujeres que no tienen hijos (2.0 por ciento)
- La violencia emocional es 50% mayor en las
mujeres con hijos (52.6 contra 35.4 por ciento entre las mujeres que no
tienen hijos)
Diversos
estudios han mostrado el fuerte vínculo que existe entre la violencia infligida
por la pareja y los síntomas físicos y mentales de salud precaria, lo que han
convertido a la violencia de género en un importante problema de salud pública
(OMS, 2005).[2]
Entre
las consecuencias ocasionadas por la violencia que las mujeres solteras de
entre 15 y 29 años de edad han vivido con sus parejas, se encuentran algunas
relacionadas con su salud física o mental. De las mujeres solteras de entre 15
y 29 años que han sufrido violencia física y/o sexual en su más reciente
relación de noviazgo:
- 21.4% reportó moretones o hinchazón
- 5.7% declaró
cortadas, quemaduras, pérdida de dientes, fracturas, o un aborto o parto
prematuro
- 5.3% tuvo ardor o sangrado vaginal, u otro
tipo de hemorragias o sangrado.
- En 72.3% de
los casos hubo consecuencias de otro tipo.
- 9.3% tuvo que recibir atención médica a
consecuencia de la violencia física o sexual por parte de su novio o
pareja.
Es
importante mencionar que los indicadores sobre consecuencias de la violencia en
adolescentes y jóvenes son menores que los correspondientes al grupo universo
de la encuesta (todas las mujeres de 15 y más años de edad). Lo anterior puede
tener relación con la menor exposición de estas mujeres a eventos de violencia
de pareja respecto de las mujeres con más años de vida o en otros estados
conyugales.
BÚSQUEDA DE AYUDA
Un dato a considerar que arroja la encuesta a este
respecto es que en las mujeres solteras se observa una incidencia muy baja de
recurrencia a las autoridades ante las situaciones de violencia.
En particular, en el grupo de solteras de 15 a 29 años,
sólo 2 de cada cien de las que vivieron violencia en su relación de noviazgo se
acercaron a una autoridad a pedir ayuda (1.5%). Este grupo prefiere buscar
ayuda con sus familiares (12.6%).
Considerando al total de mujeres de 15 años y más en
el país, se encontró que sólo dos de cada diez que vivieron violencia en su
relación se acercaron a una autoridad a pedir ayuda (14%).
Referencias:
INMUJERES,
reprocesamiento con base en la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las
Relaciones en los Hogares (ENDIREH) 2011. Base de datos.
Lozano,
Rafael, Efectos de la Violencia doméstica
en la Salud: Ciudad de México, en Andrew Morrison y María Loreto Biehl (eds).
El Costo del Silencio. Violencia doméstica en las Américas. Washington.D.C.,
BID.
[1] Este grupo de mujeres representa el 79% de todas las
solteras con alguna relación de noviazgo o de pareja a lo largo de su vida (que
nunca han estado unidas).
Los datos sobre violencia de pareja hacen referencia a la relación en
ese momento, o en caso de no tener relación al momento de la entrevista, a la última relación.
[2] La Plataforma de Acción de Beijing (1995) considera en sus
objetivos estratégicos la salud de las mujeres (89) ….el principal obstáculo que impide a la mujer alcanzar el más alto nivel
posible de salud es la desigualdad entre la mujer y el hombre y entre mujeres
en diferentes regiones geográficas, clases sociales y grupos indígenas y étnicos….,
las mujeres han hecho hincapié en que la
igualdad, incluidas las obligaciones familiares compartidas, el desarrollo y la
paz son condiciones necesarias para gozar de un nivel óptimo de salud durante
todo el ciclo vital.” La Plataforma propone entre sus medidas “Integrar los servicios de salud mental en
los sistemas de atención primaria de la salud u otros sistemas pertinentes,
elaborar programas de apoyo y capacitar a los trabajadores atención primaria de
la salud para que puedan reconocer y tratar a las niñas y a las mujeres de
todas las edades que hayan sido víctimas de cualquier tipo de violencia,
especialmente violencia en el hogar, abusos sexuales u otro tipo de abuso
durante conflictos armados y de otra índole”.
Un estudio realizado en la Ciudad de
México que explora el costo social y de salud de la violencia de género muestra
que en las mujeres, uno de cada 18 años de vida saludable perdidos corresponde
a la violencia de género; que para las mujeres en edad fértil la carga asociada
a la violencia es de 1 de cada 7 años de vida saludable perdidos y que 37% de
los años de vida saludable perdidos (AVISAs), derivan de la violencia de origen
conyugal (Lozano AR, 1999).