Para erradicar la violencia de la vida de las mujeres y las niñas queda
por delante mucho trabajo, entre ello elaborar un Diagnóstico Nacional de
Refugios, aseguró Lorena Cruz Sánchez, presidenta del Instituto Nacional de las
Mujeres.
Al participar en el Conversatorio “Nuevas violencias contra las mujeres
y las niñas en las fronteras y sistemas de protección de derechos humanos”, la
funcionaria federal resaltó también la necesidad de desarrollar un mapa
georreferenciado que permita identificar zonas de riesgo, así como el índice de
violencia contra las mujeres.
Además, dijo, estandarizar los servicios especializados que los refugios
brindan y establecer los lineamientos para regular la creación de refugios
prevista en la Ley de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia.
Desde una perspectiva regional, explicó, el INMUJERES tiene el
compromiso de sumarse al Plan Estratégico 2011-2016 de la Convención
Interamericana de Mujeres para erradicar la violencia contra las mujeres en cualquier
parte del continente; generar más servicios de atención para las mujeres que
han vivido violencia en cualquier de sus formas; y estandarizar modelos de
refugios y albergues en el continente.
También recordó que el cumplimiento de los derechos humanos de las
mujeres remite obligatoriamente a la Convención de Belém do Pará con el fin de
crear programas de capacitación y sensibilización de funcionarios y
funcionarias sobre violencia contra las mujeres; fortalecer la respuesta legal
y jurídica para los diferentes tipos de violencia; mejorar la provisión,
calidad y cobertura de los servicios para las mujeres que viven o han sufrido
de violencia e incrementar la cobertura de los albergues, así como crear
programas de vivienda para las mujeres víctimas de violencia y sus hijas e
hijos.
La violencia de género, dijo, tiene un origen multifactorial y se
expresa de diversas maneras, desde las más sutiles, aunque no menos severas
como el maltrato sicológico, hasta las más terribles como el feminicidio.
Las mujeres, apuntó, enfrentan violencia extrema en diferentes
contextos: uno de ellos, particularmente complejo por los muchos factores que
en él inciden, es el de la migración.
Manifestó que las fronteras ofrecen muy poca protección a las mujeres
indocumentadas que las cruzan por la escasez de oportunidades en sus países de
origen, por la necesidad de reunirse con sus familias o por la expulsión que
viven en sus países.
Se estima que actualmente existen 214 millones de personas migrantes
internacionales, de las cuales el 49 por ciento son mujeres: “un considerable
número de ellas emprende el camino en condiciones de gran riesgo e
indefensión”.