
Los resultados electorales no siempre son justos ni suficientes para las
mujeres, por ello el gran reto es transitar del sistema de cuotas a la paridad,
aseguró Lorena Cruz Sánchez, presidenta del Instituto Nacional de las Mujeres.
Durante la inauguración de las mesas de análisis “Los debates
parlamentarios y el voto femenino” y “Ciudadanía femenina”, con motivo del 60
aniversario del voto femenino en México, la funcionaria federal precisó que
para lograr la paridad “estamos empeñadas en impulsar acciones inmediatas como
homologar la normatividad electoral en el país para establecer la participación
paritaria de las mujeres en todos los cargos de elección popular.
Asimismo, agregó, fortalecer el liderazgo de las mujeres, ejerciendo a
cabalidad los recursos destinados para ello; y, establecer candados que impidan
a los partidos políticos evadir su responsabilidad de apoyar las candidaturas
de mujeres.
Las cuotas, aseveró, no fueron creadas para acallar las voces de las
mujeres, sino para corregir las grandes desigualdades y reducir las brechas de
género que se observan en el ejercicio de sus derechos políticos.
La presidenta del INMUJERES puntualizó la urgencia de que todas las
entidades federativas establezcan la paridad en sus legislaciones electorales,
con sus correspondientes sanciones ante el incumplimiento.
Una sociedad que aspire a la democracia plena no puede desentenderse de
la lucha de las mujeres para alcanzar la igualdad, enfatizó Cruz Sánchez.
Hombres y mujeres, dijo, debemos esforzarnos por construir un México
incluyente, igualitario, que posibilite el bienestar, el crecimiento y el
desarrollo para toda la población.
Recordó que la lucha de las mexicanas para obtener el reconocimiento de
sus derechos políticos duró cien años: “hoy no estamos dispuestas a esperar
otros cien años para alcanzar la paridad”.
Una nación que aprende a reconocer las aportaciones de sus mujeres les
abre el camino para construir la auténtica ciudadanía participativa e
igualitaria, señaló.
La presidenta del INMUJERES lamentó la frecuencia con que se escuchan
comentarios misóginos que descalifican la presencia de las mujeres en la
política, ecos de antiguas voces declaradamente en contra del derecho de las
mujeres a votar y ser votadas.
Manifestó que cuando las mujeres ejercen sus derechos políticos a
plenitud pueden cambiar el rumbo de las naciones y lo pueden hacer para bien.