La democracia sin mujeres en igualdad no es democracia

La violencia, tanto la social como la de género, continúa siendo el impedimento más poderoso para que las mujeres ejerzan sus derechos humanos en América Latina y el Caribe, sostuvo Lorena Cruz Sánchez, presidenta del Instituto Nacional de las Mujeres, durante la inauguración del Foro Hemisférico Belém Do Pará+20, que se celebra en Pachuca, Hidalgo.
 
El foro ocurre a 20 años del establecimiento de la Convención ─primer tratado que identifica a la violencia contra las mujeres como un enorme problema público que demanda acciones en todas las esferas─, además de ser este año particularmente significativo por la realización de balances en torno a la Plataforma de Acción de Beijing y la propia Convención de Belém do Pará.
 
Lorena Cruz afirmó que las instituciones del Estado tienen el deber, la obligación de crear ambientes propicios para que las mujeres y las niñas ejerzan sus derechos humanos. “Aunque las cifras aún no perfilan todo lo que necesitaríamos saber, reflejan rezagos indiscutibles en cuanto a homicidios, violaciones, trata, desapariciones, hostigamiento laboral, sexual… y temor, mucho temor entre mujeres y niñas frente la alta probabilidad de ser víctimas de violencia en cualquier lugar. Esto es lo que nos obliga a redoblar el paso”, dijo.
 
Subrayó que para despejar el camino y avanzar hacia una política hemisférica que contribuya al logro de la igualdad sustantiva es necesario actuar decididamente sobre la cultura patriarcal y es prioritario enfrentar con determinación todos los tipos, clases y expresiones de violencia contra las mujeres y las niñas.
 
Por ello, agregó, es preciso desalentar y condenar con energía todas las expresiones de una cultura arcaica y androcéntrica que otorga más valor a lo masculino, ensalzando la asimetría de poder como algo pretendidamente natural, que da carácter de verdad revelada a los estereotipos de género, al prejuicio y a la exclusión.
 
La funcionaria federal destacó que México reporta avances importantes: la violencia contra las mujeres se previene, se atiende y se sanciona no sólo con leyes, sino con sistemas nacionales y estatales específicos; sin embargo debe mejorarse la pulcritud y el registro de datos básicos para integrar averiguaciones previas sólidas, resolver las inquietantes variaciones en las penas que las diferentes entidades imponen a los feminicidas y robustecer la impartición de justicia con perspectiva de género.
 
Así mismo, añadió, hemos avanzado en los presupuestos etiquetados para la igualdad, que son un referente en América Latina y el Caribe al destinar importantes recursos al combate de la violencia de género, atendiendo a los principios de la Convención Belém Do Pará. Nuestro país cuenta con un programa de carácter integral contra la violencia, que considera líneas y acciones específicas para su prevención, atención, sanción y erradicación, articulando las tareas de diferentes sectores.
 
“Es cierto que los avances son significativos, sin embargo el Estado mexicano reconoce que aún falta un enorme camino por recorrer”, señaló.
 
Por su parte, José Miguel Insulza, secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), reconoció la voluntad del gobierno mexicano para lograr la igualdad entre mujeres y hombres y, sobre todo, el acceso de las mujeres a una vida libre de violencia e hizo votos por que otros gobiernos sigan el ejemplo de México.
 
“La democracia sin mujeres en igualdad no es democracia”, afirmó y reconoció además la participación de la sociedad civil, que da vida a la causa de la igualdad y al Foro Hemisférico Belém Do Pará.
 
Durante su participación, Diva Gastélum y Martha Lucía Mícher, presidentas de las Comisiones de Igualdad del Senado de la República y de la Cámara de Diputados, respectivamente, así como Ana Güezmes, representante en México de ONU Mujeres,  coincidieron en que es fundamental seguir trabajando por lograr un cambio estructural en las instituciones y la cultura, pero sobre todo un cambio como hombres y mujeres.