El Instituto Nacional de las Mujeres, en coordinación con otras dependencias del gobierno federal, emitió el pasado mes de junio, la convocatoria del primer Concurso Nacional de Cuento “Historias de niñas y niños”, cuyos requisitos eran que las narraciones giraran en torno a la promoción, reconocimiento y fortalecimiento de la igualdad y equidad de género y que abordaran las temáticas relacionadas con el cuidado del ambiente, la resolución pacífica de conflictos, historias de niñas y niños migrantes y la participación de la infancia en el cuidado y auto cuidado de la salud y en la economía doméstica.
Cada una de las categorías que se incluyeron en el Concurso tuvieron como objetivo principal fomentar, fortalecer y difundir una cultura de equidad e igualdad desde las etapas tempranas de la vida. Durante la infancia y la niñez, las niñas y los niños están abiertos al conocimiento, al aprendizaje, a la absorción de los valores que los cimentarán a lo largo de toda la vida. Por ello, el formato de cuento se transforma en una herramienta didáctica, lúdica, que permite introducir temáticas relevantes desde la perspectiva de la equidad y la igualdad en diferentes ámbitos de la vida cotidiana.
Así, por ejemplo, el cuidado o auto cuidado de la salud permite introducir elementos de una dieta y alimentación saludable, así como la importancia de la cultura de la actividad física y su impacto positivo en las diferentes etapas de la vida que contribuyen a combatir la obesidad y el sedentarismo que ha marcado a varias generaciones en nuestro país. Por su parte, la resolución pacífica de conflictos en el espacio doméstico y escolar está dirigido a resolver, a través del diálogo y el intercambio de ideas, los problemas que se presentan en el día a día y a enfrentar la convivencia de manera pacífica.
Se recibieron un total de 89 cuentos, que se distribuyeron de la siguiente manera:
19 cuentos en la categoría de 18 a 25 años
· 7 en la categoría B Resolución pacífica de conflictos en el espacio doméstico y escolar
· 1 en la categoría C Participación de la población infantil en acciones de protección civil.
· 7 en la categoría D Cuidado del medio ambiente por parte de las niñas y los niños.
· 4 en la categoría F Historias de niñas y niños migrantes.
Cada una de las categorías que se incluyeron en el Concurso tuvieron como objetivo principal fomentar, fortalecer y difundir una cultura de equidad e igualdad desde las etapas tempranas de la vida. Durante la infancia y la niñez, las niñas y los niños están abiertos al conocimiento, al aprendizaje, a la absorción de los valores que los cimentarán a lo largo de toda la vida. Por ello, el formato de cuento se transforma en una herramienta didáctica, lúdica, que permite introducir temáticas relevantes desde la perspectiva de la equidad y la igualdad en diferentes ámbitos de la vida cotidiana.
Así, por ejemplo, el cuidado o auto cuidado de la salud permite introducir elementos de una dieta y alimentación saludable, así como la importancia de la cultura de la actividad física y su impacto positivo en las diferentes etapas de la vida que contribuyen a combatir la obesidad y el sedentarismo que ha marcado a varias generaciones en nuestro país. Por su parte, la resolución pacífica de conflictos en el espacio doméstico y escolar está dirigido a resolver, a través del diálogo y el intercambio de ideas, los problemas que se presentan en el día a día y a enfrentar la convivencia de manera pacífica.
Se recibieron un total de 89 cuentos, que se distribuyeron de la siguiente manera:
19 cuentos en la categoría de 18 a 25 años
· 7 en la categoría B Resolución pacífica de conflictos en el espacio doméstico y escolar
· 1 en la categoría C Participación de la población infantil en acciones de protección civil.
· 7 en la categoría D Cuidado del medio ambiente por parte de las niñas y los niños.
· 4 en la categoría F Historias de niñas y niños migrantes.
70 cuentos Categoría de más de 25 años
· 11 en la categoría A Intervención de la población infantil en el cuidado, auto-cuidado de la salud y deporte.
· 23 en la categoría B Resolución pacífica de conflictos en el espacio doméstico y escolar.
· 1 en la categoría C Participación de la población infantil en acciones de protección civil.
· 15 en la categoría D Cuidado del medio ambiente por parte de las niñas y los niños.
· 4 en la categoría E Participación de la población infantil en prácticas innovadoras de economía doméstica
· 16 en la categoría F Historias de niñas y niños migrantes
La entusiasta participación nos confirma, con gusto, que las nuevas generaciones entienden y ven en la igualdad de género una aspiración humana insoslayable y posible; un tema que puede ser abordado desde la creación literaria y romper con los estereotipos de género que se cimientan desde la infancia. A todas las personas que enviaron sus cuentos, les hacemos un merecido reconocimiento, así como a las y los ganadores que obtuvieron menciones honoríficas.
Los relatos tienen la virtud de mostrar la transformación de los roles tradicionales de género entre niñas y niños en el ámbito escolar, familiar y social. A través de ellos podemos encontrar herramientas para fomentar modelos e ideas más equitativas. Estos trabajos son historias que fueron seleccionadas por la manera en que, de forma ingeniosa y propositiva, abordan el reconocimiento y fortalecimiento de la igualdad de género y la eliminación de las desigualdades.
Se entregaron, el pasado 22 de septiembre, cuatro menciones honoríficas:
La autora Edmée Pardo a través del cuento “Crecer sin crecer”, quien mostró cómo las niñas y los niños participan de manera conjunta en el cuidado de la salud, fomentando valores de tolerancia, inclusión y equidad, recordando que la equidad parte del respeto a los derechos humanos, a la igualdad de oportunidades y a la no discriminación.
En el cuento “Marina y Valdemar”, su autora Luisa Iglesias muestra cómo las restricciones y la exclusión entre niñas y niños pueden hacer que se pierdan experiencias maravillosas, que el juego compartido es más divertido y enriquecedor, que los resultados negativos de la migración pueden enfrentarse de una mejor manera cuando niñas y niños permanecen juntos en una cultura de respeto y equidad.
En el cuento “Sobre las Ramas”, Soila Vargas permite tomar conciencia que para responsabilidades como el cuidado del medioambiente es necesario la colaboración entre niñas y niños, que las exclusiones e inequidades pueden traer consecuencias poco favorables para la estabilidad y desarrollo de una comunidad, motivo por el cual las responsabilidades deben compartirse de manera equitativa.
Raymundo Zenteno con el cuento “Una gotita de sangre”, permite ver que los estereotipos de género son factores limitantes tanto para las niñas como para los niños, que con igualdad de oportunidades se garantiza un presente y futuro a la sociedad, que las tradiciones y creencias impuestas sobre las niñas y los niños pueden transformarse permitiendo que niñas y niños tengan la oportunidad de convertirse en miembros activos de la comunidad, de contribuir a su propio beneficio, a la planificación y al proceso de toma de decisiones de la comunidad.
Fuente: INMUJERES
· 11 en la categoría A Intervención de la población infantil en el cuidado, auto-cuidado de la salud y deporte.
· 23 en la categoría B Resolución pacífica de conflictos en el espacio doméstico y escolar.
· 1 en la categoría C Participación de la población infantil en acciones de protección civil.
· 15 en la categoría D Cuidado del medio ambiente por parte de las niñas y los niños.
· 4 en la categoría E Participación de la población infantil en prácticas innovadoras de economía doméstica
· 16 en la categoría F Historias de niñas y niños migrantes
La entusiasta participación nos confirma, con gusto, que las nuevas generaciones entienden y ven en la igualdad de género una aspiración humana insoslayable y posible; un tema que puede ser abordado desde la creación literaria y romper con los estereotipos de género que se cimientan desde la infancia. A todas las personas que enviaron sus cuentos, les hacemos un merecido reconocimiento, así como a las y los ganadores que obtuvieron menciones honoríficas.
Los relatos tienen la virtud de mostrar la transformación de los roles tradicionales de género entre niñas y niños en el ámbito escolar, familiar y social. A través de ellos podemos encontrar herramientas para fomentar modelos e ideas más equitativas. Estos trabajos son historias que fueron seleccionadas por la manera en que, de forma ingeniosa y propositiva, abordan el reconocimiento y fortalecimiento de la igualdad de género y la eliminación de las desigualdades.
Se entregaron, el pasado 22 de septiembre, cuatro menciones honoríficas:
La autora Edmée Pardo a través del cuento “Crecer sin crecer”, quien mostró cómo las niñas y los niños participan de manera conjunta en el cuidado de la salud, fomentando valores de tolerancia, inclusión y equidad, recordando que la equidad parte del respeto a los derechos humanos, a la igualdad de oportunidades y a la no discriminación.
En el cuento “Marina y Valdemar”, su autora Luisa Iglesias muestra cómo las restricciones y la exclusión entre niñas y niños pueden hacer que se pierdan experiencias maravillosas, que el juego compartido es más divertido y enriquecedor, que los resultados negativos de la migración pueden enfrentarse de una mejor manera cuando niñas y niños permanecen juntos en una cultura de respeto y equidad.
En el cuento “Sobre las Ramas”, Soila Vargas permite tomar conciencia que para responsabilidades como el cuidado del medioambiente es necesario la colaboración entre niñas y niños, que las exclusiones e inequidades pueden traer consecuencias poco favorables para la estabilidad y desarrollo de una comunidad, motivo por el cual las responsabilidades deben compartirse de manera equitativa.
Raymundo Zenteno con el cuento “Una gotita de sangre”, permite ver que los estereotipos de género son factores limitantes tanto para las niñas como para los niños, que con igualdad de oportunidades se garantiza un presente y futuro a la sociedad, que las tradiciones y creencias impuestas sobre las niñas y los niños pueden transformarse permitiendo que niñas y niños tengan la oportunidad de convertirse en miembros activos de la comunidad, de contribuir a su propio beneficio, a la planificación y al proceso de toma de decisiones de la comunidad.
Fuente: INMUJERES