INMUJERES refrendó su compromiso para combatir la trata de personas


El Instituto Nacional de las Mujeres (INMUJERES), como órgano rector de la política nacional en materia de igualdad entre mujeres y hombres, refrendó su compromiso para combatir la trata de personas y prevenir que las mujeres, niñas y niños continúen siendo víctimas de la explotación y violación a los derechos humanos de la llamada esclavitud del siglo XXI.

De esa manera, el INMUJERES apoyó la iniciativa de la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito denominada Campaña “Corazón Azul”, la cual busca crear conciencia respecto del impacto negativo de la trata de personas en la sociedad y motivar a gobiernos y comunidades, empresas e individuos, a adoptar medidas que contribuyan a frenar este delito.

La trata de personas es un crimen en el que se vende, intercambia y explota a seres humanos como si fueran mercancías o bienes, en el que todas las personas de diferentes edades pueden ser víctimas y ser explotadas en cualquiera de sus formas o modalidades: laboral, sexual, falsas adopciones, servidumbre, militar, tráfico de órganos y otras que denigren a la persona como si fuera un bien comercial.

Aunque se han realizado estimaciones relativas al número de víctimas y de las modalidades de su explotación, resulta complicado contar con cifras que reflejen la realidad de este problema, considerando que su identificación constituye uno de los principales retos en la materia.

A pesar de lo anterior, de acuerdo a cálculos de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) hay al menos 12.3 millones de personas en el mundo en situación de trabajo forzoso o servidumbre. De éstas, 8.1 millones de personas son explotadas por agentes privados, fuera de la industria del sexo. Además, estimó que los beneficios ilícitos generados por el trabajo forzoso vinculado a la trata alcanzaban 31 mil 700 millones de dólares al año, de los cuales 28 mil millones provenían de víctimas de la trata con fines de explotación sexual.

Las víctimas o sobrevivientes de la trata de personas sufren una serie de afectaciones, como violencia física y psicológica, abusos, transmisión de infecciones sexuales, abortos forzosos, consumo obligado de alcohol y drogas hasta la muerte.

Diversos factores como la migración indocumentada, la inequidad de género, la falta de oportunidades, entre otros, aumentan la situación de vulnerabilidad de las mujeres, niñas y adolescentes a ser víctimas de esta compleja problemática que involucra una serie de delitos y violaciones a los derechos humanos.

Ante este desafío en el que se denigra a la humanidad, el INMUJERES, desde sus atribuciones y con las facultades que le confiere la Ley para Prevenir y Sancionar la Trata de Personas y el Reglamento de la Ley, participa en la incorporación de la perspectiva de género en las políticas, programas sectoriales e institucionales, así como en la instrumentación de acciones de prevención y capacitación en la materia, asumiendo su responsabilidad y compromiso para erradicar este crimen.

Bajo su programa de trabajo “Prevención en Materia de Trata de Personas” establece líneas de acción orientadas a disminuir la vulnerabilidad de las mujeres, niñas y niños para que no sean enganchadas, comerciadas, trasladadas, ni explotadas, es decir, para que no sean víctimas de la trata en ninguna de sus modalidades.

La campaña internacional Corazón Azul busca crear conciencia respecto del impacto negativo de la trata de personas en la sociedad y motivar a gobiernos y comunidades, empresas e individuos a adoptar medidas que contribuyan a frenar este delito.

El Corazón Azul representa la desolación de quienes son víctimas de la trata de personas y recuerda la insensibilidad de quienes compran y venden a otros seres humanos.

El uso del color azul de las Naciones Unidas demuestra el compromiso de la organización con la lucha contra ese delito que atenta contra la dignidad humana. El color azul no pretende identificarse con ningún partido político, movimiento religioso o social.

Fuente: INMUJERES