Contra la violencia de género


Años pasan, administraciones terminan y las cifras de la violencia contra las mujeres continúan en aumento y amenazan con convertirse en un fenómeno incontenible, debido a la falta de cambios estructurales reales contra este flagelo. Las mujeres de todo el mundo siguen siendo violentadas en todas las formas: física, psicológica, económica, verbal o laboral.

En nuestro país, a pesar de las instancias que han sido creadas para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres, no se ha logrado revertir esta problemática que día a día crece como un cáncer y que se refleja en las alarmantes estadísticas que confirman su aumento.

De acuerdo con los datos de la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares (ENDIREH) 2006, seis de cada diez mujeres fueron violentadas en algún momento de su vida y según el último informe de INMUJERES en 2010, aumentaron a siete de cada diez.

La lentitud en la justicia para las mujeres quedó manifiesta en los casi diez años para cumplir las sentencias de Campo Algodonero y Valentina Rosendo emitidas por la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CoIDH), quien declaró al Estado mexicano responsable por la violación a los derechos a la vida, integridad y libertad personal, protección por parte del Estado, derecho a la no discriminación hacia mujeres y falta de acceso a la justicia a las víctimas de feminicidio.

De acuerdo a los expertos, la sentencia de la CoIDH es la más importante emitida por el Sistema Interamericano de Derechos Humanos en una situación de violencia contra las mujeres y en la que se reconoce que el feminicidio es el homicidio de una mujer por razones de género, que deviene de un patrón de violencia sistemática permitido por el Estado.

A pesar de este avance, nada logrará borrar el sufrimiento, impunidad y violencia sufrida por las víctimas, por lo que es imprescindible detener las agresiones de género, prevenir mejor que lamentar, situación en la que el Estado debe ser el garante e implementar y cumplir acciones efectivas para evitar que se repitan esos y otros casos.

Es importante establecer acciones preventivas que comprendan programas con perspectiva de género y derechos humanos para combatir la discriminación y violencia que sufren las mujeres en toda la geografía nacional.

La educación es la mejor manera de prevenir, enseñar a los niños desde pequeños valores como el respeto y la igualdad que todos merecemos hará mejores hombres, conscientes del valor de las mujeres. Necesitamos empezar desde el hogar, la familia y la escuela para crear una conciencia que impida que las mujeres sean discriminadas y abusadas.

Fuente: SUMA DF