El Instituto Nacional de las Mujeres (INMUJERES) propuso que
en los planes pastorales de las diversas iglesias se incluyan temas y acciones
sobre la igualdad de derechos entre mujeres y hombres y la equidad en las
responsabilidades del hogar.
Durante una reunión con líderes religiosos, la presidenta
del INMUJERES, Rocío García Gaytán, consideró que también sería adecuado
incluir en los planes pastorales una campaña para erradicar la violencia contra
las mujeres en la familia, así como tomar en cuenta la sensibilización sobre la
problemática que viven las mujeres mexicanas y las posibles soluciones.
La funcionaria federal detalló que el 67 por ciento de las
mujeres de 15 años y más ha tenido al menos una situación de violencia. En lo
que se refiere a violencia familiar, precisó que cuatro de cada diez mujeres
han vivido violencia por parte de su pareja (43.2%).
Explicó que la violencia tiene diversos efectos: físicos y
emocionales; son inmediatos, acumulativos y pueden causar la muerte; las
mujeres se sienten culpables y devaluadas; perjudican el rendimiento escolar de
los hijos, quienes repetirán la violencia en su propia familia.
Los costos sociales de la violencia en la familia, dijo,
son: mujeres y hombres pierden años de vida saludable; genera enfermedades
crónicas; altos costos de hospitalización y medicinas; causa mortalidad
materna; homicidios; suicidios.
Manifestó que uno de los cambios que a lo largo de la
historia ha transformado a la familia y afectado la estabilidad de la sociedad
es lo ocurrido al modificarse el papel tradicional que las mujeres desempeñaban
en la sociedad.
Actualmente, especificó, se estima que el 41.4 por ciento de
las mujeres trabajan de manera remunerada fuera del hogar y, por su parte, los
hombres no se han incorporado al trabajo de la casa y al cuidado de los
hijos/as, situación que genera una doble o triple jornada para las mujeres
Esta nueva realidad, sostuvo, ha ocasionado algunos efectos
positivos como la posibilidad de autodeterminación y superación de la mujer y
el tener una mejor calidad de vida con su aportación económica a la familia.
También, agregó, ha generado graves efectos negativos que
están afectando a la familia y a toda la sociedad. Entre éstos se encuentran
dos que son muy preocupantes: el aumento de la violencia hacia las mujeres y la
desintegración familiar.