El pasado 2 de julio recién
se cumplieron dos años de que la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó,
por unanimidad, la creación de una agencia para promover la igualdad de las
mujeres.
Con esta iniciativa, los
Estados miembros de la ONU dieron un paso de gran trascendencia en la
aceleración de los objetivos de la organización en materia de igualdad de
género y de empoderamiento de la población mundial femenina.
Durante varias décadas, la
ONU ha hecho progresos importantes en el adelanto de la igualdad de género,
incluyendo los acuerdos históricos como la Declaración y Plataforma para la
Acción de Beijing y la Convención para la Eliminación de todas las Formas de
Discriminación contra la Mujer (CEDAW).
Alcanzar la igualdad entre
los géneros no es sólo un derecho humano básico, sino que su logro tiene
enormes ramificaciones socioeconómicas, de allí que fortalecer esta igualdad significa
también un impulso a la economía, la productividad y el crecimiento.
Sin embargo, las
desigualdades entre mujeres y hombres están muy arraigadas en las sociedades: las
mujeres no tienen el mismo acceso al mercado laboral, enfrentan segregación
ocupacional y tienen desigualdad salarial por su sexo. Las mujeres de todas las
regiones del mundo son víctimas de violencia y discriminación y están mal
representadas en los espacios de toma de decisiones, además se les niega el
acceso a la educación básica y a los servicios de salud.
Durante varios años, la ONU ha enfrentado serias
dificultades en sus esfuerzos por promover la igualdad de género en el mundo,
incluyendo un financiamiento inadecuado y ningún motor reconocido que dirija
las actividades de la organización internacional en materia de igualdad de
género.
Por todo ello y con base en la
visión de igualdad de la Carta de las Naciones Unidas se creó la Entidad para
la Igualdad de Género y la Promoción de la Mujer de Naciones Unidas, conocida
como ONU Mujeres. Al formar parte de la reforma de la ONU tiene la capacidad de
reunir recursos y mandatos para obtener un mayor impacto, unificar el trabajo
que desempeñaban cuatro departamentos de las Naciones Unidas y contribuir significativamente
a la promoción de la igualdad de género, la ampliación de oportunidades y la
manera de hacer frente a la discriminación en el mundo.
Las funciones principales de
ONU Mujeres son: prestar apoyo a las entidades intergubernamentales en la
formulación de políticas, estándares y normas mundiales; dar asistencia a los
Estados miembros de Naciones Unidas para implementar esos estándares; en caso
necesario, brindar apoyo técnico y financiero adecuado para ayudar a los países
que lo soliciten y supervisar que la ONU rinda cuentas de sus compromisos en
materia de igualdad de género, incluyendo el monitoreo continuo de los
progresos.
Durante estos dos años, ONU
Mujeres, bajo el liderazgo de la ex presidenta chilena, Michelle Bachelet, ha
trabajado incansablemente en la eliminación de la discriminación en contra de
las mujeres y las niñas; la igualdad entre las mujeres y los hombres y el empoderamiento de las mujeres, retos que
forman parte del tercer Objetivo de Desarrollo del Milenio.
Fuente: SUMA DF