Hoy resulta indispensable ampliar las acciones educativas y la
formación sin discriminación ni estereotipos, así como facilitar el acceso a
los servicios de salud sexual y reproductiva, aseguró Lorena Cruz Sánchez,
presidenta del Instituto Nacional de las Mujeres (INMUJERES).
Durante la ceremonia conmemorativa de los 10 años del Centro Nacional
de Equidad de Género y Salud Reproductiva, la funcionaria federal subrayó que
se deben superar importantes retos, sobre todo culturales, porque las mujeres
siguen responsabilizadas de cuidar la salud de las otras personas, descuidando
la propia.
“Tenemos que lograr que la salud de la mujer se entienda, se promueva y
se asuma como un fin en sí mismo, por lo que se debe trabajar para superar los
prejuicios que alejan a las mujeres de los servicios de salud”, señaló.
La presidenta del INMUJERES manifestó que se debe informar y capacitar
para que dejen atrás la vergüenza mal entendida o para que enfrenten la
prohibición misógina de aquellos esposos que les obstaculizan la revisión
regular de su estado de salud.
Detalló la necesidad de incrementar considerablemente la cifra de
mujeres de entre 40 y 49 años que actualmente se realizan una mastografía, así
como emprender una verdadera cruzada contra los cánceres de mama y cérvico
uterino.
El cambio de mentalidad para proteger y cuidar la salud de las mujeres
requiere una constante difusión sobre el riesgo de contraer VIH y el virus del
papiloma humano: “Nuestro reto es acercar a todas las mujeres los métodos de
protección, proporcionándoles información y acompañamiento para asegurar su
uso”, dijo.
Cruz Sánchez enfatizó la importancia de realizar políticas públicas
para incrementar la educación de las niñas para evitar el matrimonio precoz,
para modificar la percepción social sobre los roles de hombres y de mujeres.
Millones de adolescentes, advirtió, están en riesgo porque, en pleno
siglo XXI, siguen sin contar con la información, con los servicios de salud y
de apoyo que necesitan para tomar decisiones responsables e informadas con
respecto a su sexualidad.
Ellas, apuntó, tienen el derecho a usar métodos anticonceptivos, a la
anticoncepción de emergencia, a ejercer una sexualidad con libertad y sin
riesgos.
Cruz Sánchez expuso: “necesitamos conjuntar recursos humanos y
materiales para humanizar la atención, para fortalecer la cultura de prevención
y dotar de visión de género al personal que está atendiendo a las mujeres,
especialmente en las localidades más pequeñas”.
El personal de los servicios de salud, concluyó, tiene que comprender
que el acceso y la atención son derechos que no pueden ser violados, porque con
frecuencia está en juego un daño irremediable para la vida de las mujeres.