Hoy se inicia una cruzada para la armonización legislativa en el país que garantice una vida sin violencia y sin discriminación para las mujeres, anunció Pablo Navarrete Gutiérrez, coordinador de Asuntos Jurídicos del Instituto Nacional de las Mujeres (INMUJERES).
Durante la inauguración del Taller "Legislar con perspectiva de género y sin discriminación", en La Paz, Baja California Sur, el funcionario federal reconoció que la ley por sí misma no resolverá un largo camino de vejaciones y violencia contra las mujeres, pero sí puede ser una palanca de transformación social que genere un entorno más favorable para el ejercicio pleno de los derechos de las mujeres.
El objetivo, explicó, es que en los próximos dos años se haga un proceso de transformación jurídica en los 14 estados del país que hoy prohíben a las mujeres contraer nuevas nupcias después de su divorcio.
Además, dijo, homologar la edad mínima de 18 años para contraer matrimonio, ya que en la actualidad nueve estados contemplan una edad mínima de 16 años para casarse y en cinco entidades se establece la edad de 14 años.
Hoy, advirtió, las bandas de tratantes utilizan el matrimonio como una herramienta de legitimidad jurídica para explotar a sus víctimas y usan el amor como una estrategia engancharlas: "No podemos permitir que en el país continúe el matrimonio de niñas con adultos con el consentimiento de sus progenitores o tutores".
Navarrete Gutiérrez precisó que dentro de la cruzada legislativa también se pretende superar la realidad lacerante de que en 26 estados se sanciona más el abigeato que la violencia contra las mujeres.
Aseguró que estas inconsistencias legislativas se identifican y transforman con la perspectiva de género, por lo que es posible tener un marco normativo respetuoso de los derechos humanos de las mujeres y acorde con los estándares internacionales de derechos humanos.
Por su parte, Juan Domingo Carballo, presidente de la Junta de Gobierno del Congreso de Baja California Sur, destacó que en la entidad se han realizado importantes adecuaciones al marco jurídico como las reformas a la Ley de Acceso a las Mujeres a una Vida Libre de Violencia; la Ley estatal para Prevenir y Eliminar la Discriminación; la Ley Reglamentaria del Poder Legislativo y la Ley Electoral.
Apuntó que si las mujeres no están presentes en la vida del estado y del país, el avance será nulo.
A su vez, Edith Aguilar Villavicencio, presidenta de la Comisión de Igualdad de Género del Congreso de Baja California Sur, manifestó que el poder legislativo se ha dado a la tarea de impulsar y promover un marco jurídico armónico que permita avanzar en la prioridad de proteger, respetar y garantizar los derechos humanos de las mujeres y los hombres.
Consideró que utilizar la perspectiva de género para que el marco jurídico estatal sea acorde a la legislación nacional y a los tratados internacionales es una necesidad que no se debe postergar.
En su oportunidad, Silvia Zulema Cota Gabilondo, directora general del Instituto Sudcaliforniano de las Mujeres, enfatizó que es el momento de que las mujeres tengan mucha más participación.
"Las mujeres necesitamos no ser invisibilizadas ni discriminadas, porque todavía vivimos en un estado de vulnerabilidad. Necesitamos el respaldo y apoyo de hombres que comprendan que no somos invisibles, que queremos trabajar con ustedes", concluyó.
Durante la inauguración del Taller "Legislar con perspectiva de género y sin discriminación", en La Paz, Baja California Sur, el funcionario federal reconoció que la ley por sí misma no resolverá un largo camino de vejaciones y violencia contra las mujeres, pero sí puede ser una palanca de transformación social que genere un entorno más favorable para el ejercicio pleno de los derechos de las mujeres.
El objetivo, explicó, es que en los próximos dos años se haga un proceso de transformación jurídica en los 14 estados del país que hoy prohíben a las mujeres contraer nuevas nupcias después de su divorcio.
Además, dijo, homologar la edad mínima de 18 años para contraer matrimonio, ya que en la actualidad nueve estados contemplan una edad mínima de 16 años para casarse y en cinco entidades se establece la edad de 14 años.
Hoy, advirtió, las bandas de tratantes utilizan el matrimonio como una herramienta de legitimidad jurídica para explotar a sus víctimas y usan el amor como una estrategia engancharlas: "No podemos permitir que en el país continúe el matrimonio de niñas con adultos con el consentimiento de sus progenitores o tutores".
Navarrete Gutiérrez precisó que dentro de la cruzada legislativa también se pretende superar la realidad lacerante de que en 26 estados se sanciona más el abigeato que la violencia contra las mujeres.
Aseguró que estas inconsistencias legislativas se identifican y transforman con la perspectiva de género, por lo que es posible tener un marco normativo respetuoso de los derechos humanos de las mujeres y acorde con los estándares internacionales de derechos humanos.
Por su parte, Juan Domingo Carballo, presidente de la Junta de Gobierno del Congreso de Baja California Sur, destacó que en la entidad se han realizado importantes adecuaciones al marco jurídico como las reformas a la Ley de Acceso a las Mujeres a una Vida Libre de Violencia; la Ley estatal para Prevenir y Eliminar la Discriminación; la Ley Reglamentaria del Poder Legislativo y la Ley Electoral.
Apuntó que si las mujeres no están presentes en la vida del estado y del país, el avance será nulo.
A su vez, Edith Aguilar Villavicencio, presidenta de la Comisión de Igualdad de Género del Congreso de Baja California Sur, manifestó que el poder legislativo se ha dado a la tarea de impulsar y promover un marco jurídico armónico que permita avanzar en la prioridad de proteger, respetar y garantizar los derechos humanos de las mujeres y los hombres.
Consideró que utilizar la perspectiva de género para que el marco jurídico estatal sea acorde a la legislación nacional y a los tratados internacionales es una necesidad que no se debe postergar.
En su oportunidad, Silvia Zulema Cota Gabilondo, directora general del Instituto Sudcaliforniano de las Mujeres, enfatizó que es el momento de que las mujeres tengan mucha más participación.
"Las mujeres necesitamos no ser invisibilizadas ni discriminadas, porque todavía vivimos en un estado de vulnerabilidad. Necesitamos el respaldo y apoyo de hombres que comprendan que no somos invisibles, que queremos trabajar con ustedes", concluyó.
